Levantamiento pesado en el camino a la felicidad
SUCCESS, ME Di CUENtA unas semanas después llegar a Nigeria, sería mi muerte.
Lo noté en mi primer día en el gimnasio, era imposible no verlo: ancho como un armario, con lo que parecían bolas de boliche que tensaban las mangas de su playera. Success había sido fisicoculturista amateuren un equipo nacional nigeriano y participaba en competencias por toda África hasta que se lastimó la rodilla. Este contratiempo difícilmente lo frenó. Aún era formidable y gruñía cuando levantaba un peso muerto del tamaño de una máquina de vapor.
Success también tenía un lado sorprendentemente amable. Cuando me vio levantar con torpeza las mancuernas frente al espejo, se acercó y me puso una mano en el hombro. “Haz como si quisieras volar –dijo al mover lenta y fluidamente sus enormes brazos–. Como mariposa”.
Miré el gimnasio a mi
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