Películas Animadas Disney: Parte III
Entramos en la década de los ochenta y Disney enfrenta una etapa de crisis y cambio en sus producciones de animación que les llevará incluso a replantearse el procedimiento para poner en pantalla una colección renovada de clásicos cinematográficos.
El comienzo de la década de los ochenta no fue fácil para los estudios Disney en lo referido al rendimiento de sus producciones de animación, y es una buena muestra de ello, ya que en su desarrollo antes de llegar a la cartelera tanto como en su propia concepción evidencia algunas de las fisuras que empezaban a resquebrajar al otrora gigante del cine de animación, que entraba en una etapa dubitativa que se agravaría antes de que los dibujos animados de Disney pudieran remontar el vuelo con , entrando en una nueva edad dorada. Para empezar, en comenzaba a evidenciarse el divorcio entre la vieja guardia del estudio y la nueva generación de creadores de este. Ambas facciones discutieron en este proyecto en torno a un número musical que uno de los tótems del estudio, Wolfgang Reitherman, se empeñó en incorporar en el segundo acto, pero no pegaba ni con cola y fue finalmente eliminado, así como sobre matar o no matar a uno de los personajes, entre otras muchas discrepancias. El resultado de estas fue que el veterano miembro de los nueve dibujantes que habían arrancado el estudio acabó siendo relegado a partir de ese momento a proyectos que nunca llegaron a ver el estreno, antes de salir definitivamente por la vía del retiro.
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