GEORGE ELIOT Y EL EMPODERAMIENTO FEMENINO
oy en día, la narrativa de entretenimiento ha adquirido una relevancia en cuanto a número de lectores e incluso a un supuesto prestigio que ya muchos no distinguen la literatura con mayúscula de las historias triviales. Algo parecido ya ocurría hace ciento cincuenta años, cuando publicó un opúsculo (Impedimenta, 2012), en una revista inglesa, en 1856, antes, pues, de publicar su primera obra, . La narradora, que ya estaba familiarizada con los círculos literarios y había traducido textos alemanes, tenía clara su intención de ocultar su verdadero nombre: «En el siglo XIX las mujeres firmaban sus obras sin el menor problema, pero lo que pretendía con su “nombre-tapadera” era huir del estereotipo de las escritoras de sus tiempos, que solo le parecían capaces de producir tontorronas novelas románticas».
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