Linda Darnell
Monetta Eloyse Darnell, nacida el 16 de octubre de 1923 en Dallas, Tejas, creció en una familia numerosa en la que le tocó convertirse en el espejo de los sueños frustrados de su madre. Linda era la segunda de cuatro hermanos. Su padre era Calvin Darnell, cartero en el servicio postal de Texas. Su madre era Pearl, una ciudadana de la zona rural de Tennessee que en a lgún momento de su vida había soñado con ser actriz pero acabó atrapada en su papel como ama de casa, del que estaba decidida a escapar siguiendo la conocida fórmula de “si no puedo ser artista, al menos seré la madre de la artista”. Para conseguirlo se empeñó en la tarea de convertir en actriz a su segunda hija, Linda, que se convirtió así en rehén de las ambiciones de su madre.
Infancia perdida
Pearl matriculó a su hija, que en ese momento todavía respondía por el nombre de Monetta, en clases de música, danza, teatro, declamación y cualquier otra actividad que le pareciera susceptible de acercarla a su objetivo de hacer de la belleza de su hija el trampolín para meter un pie en el mundo del espectáculo. La niña no tenía mucho que decir al respecto y simplemente seguía la pauta marcada por su ambiciosa madre, que no dudaba en inscribirla en todo tipo de concursos de belleza y talento. Empezó como modelo de ropa cuando contaba 11 años, haciéndose pasar por una adolescente de 16, y a los 13 años ya participaba en funciones teatrales. Esa hiperactividad profesional prematura no le dejaba demasiado tiempo para vivir su infancia, que se desarrolló anormalmente con ocupaciones de adulto bajo la sombra de su madre obsesionada por la fama. La precocidad de su dedicación como modelo y actriz la llevó, según ella misma reconoció posteriormente, a concluir que “fue emocionante y lo haría de nuevo, pero sé que me perdí mi infancia, la diversión, las pequeñas cosas que ahora parecen imporantes”.
Para ponerle las cosas más difíciles a la futura estrella en sus primeros años de vida, sus padres no formaban un matrimonio feliz, los conflictos eran habituales entre ambos cónyuges y, además, su madre, que había centrado todas sus esperanzas en convertirla en estrella, descuidó al resto de sus hijos, de los que prácticamente apenas se ocupaba mientras invertía todo su tiempo y esfuerzo en conseguir que Monetta
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos