FINALES FELICES
Josan Hatero
Los nombres son importantes. A la hora de hablar de algo, mejor si se sabe cómo se llama. Así, la primera duda es: ¿literatura romántica, novela rosa o chick lit? Esther Escoriza, editora de los sellos Esencia y Zafiro, tiene clara la respuesta: «Literatura romántica, a mí lo de rosa no me gusta nada. Y lo de chick lit es cosa del pasado, ya no se lleva», asegura. «Se trató de una moda, pero eran personajes frívolos, mujeres de alto poder adquisitivo completamente ensimismadas, que solo pensaban en marcas y en consumir. Para que la novela romántica funcione debe contar con una protagonista con la que te puedas identificar».
María Eugenia Rivera, Directora Editorial de HarperCollins Ibérica, coincide en el rechazo al termino chick lit: «Son novelas que no son necesariamente románticas. Tal vez sería mejor hablar de comedia romántica, que no limita tanto».
«UNA CHICA ESTUPENDA, UN SEÑOR MARAVILLOSO, SI PUEDE SER RICO Y UNIFORMADO, MEJOR, PERO CON UNA PARTE OSCURA, PROBLEMÁTICA»
Y COMIERON PERDICES
Bueno, ya sabemos, el clásico de Emily Brontë. «¡Es que es una de las novelas precursoras del género!», se anima Escoriza. «Claro que si yo la editara ahora le cambiaría el final: le daría uno feliz», remata.
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