STARGATE SG-1
Cuando en 1994 se estrenó Stargate, la película de Roland Emmerich coescrita por Dean Devlin y con Kurt Russell y James Spader como protagonistas, nadie esperaba que fuese más que un blockbuster con un buen resultado en taquilla en todo el mundo, donde casi multiplicó por cuatro sus 55 millones de presupuesto (un presupuesto bastante espléndido para una película de mediados de los noventa). Más de 71 millones recaudados en Estados Unidos, 196 en todo el mundo… Un éxito, sin duda, que asentaba la carrera de Emmerich y Devlin, quien también produjo la cinta, que gozaron de gran éxito en esta década. Sí, alguno podía haber pensado en una secuela. La historia dejaba varios puntos clave sin atar por completo y eso siempre es muy goloso para las productoras, pensando en exprimir el éxito de un proyecto. Pero no parecía concretarse nada en absoluto… Nadie pensaba que sucedería lo que vino a continuación. La historia era bastante apañada para una película de ciencia ficción correcta y ciertamente imaginativa (aunque adolecía de las lagunas de guion propias del tándem Devlin/Emmerich y de la dirección del alemán, que siempre ha sido algo plana), que empleaba elementos visuales y argumentales del antiguo
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