Nuestro escudo haciendo historia en fútbol y si no se habían acabado los calificativos anteriormente, pues seguimos en las mismas. Letras de oro que serán siempre eternas, y en lo que a nuestro equipo de baloncesto se refiere y nos ocupa y preocupa diremos que lejos de deprimirnos tras la derrota en la Final Four, podríamos decir que el Barça ha pagado los platos que se rompieron en la segunda parte contra el Panathinaikos. Mejor manera de sobreponernos imposible, contra el eterno rival y eliminándolos sin paliativos y sin ayudas de ningún tipo por mucho que se quejen. Muy superiores en los dos primeros partidos, con una columna vertebral bien identificada con Facu y Tavares espectaculares bien acompañados por los aleros: gran trabajo alante y atrás de los brates acompañados de un muy acertado Yabusele y sobre todo un acertadísimo Sergio Llull en nuestro Palacio.

Esperando rival con la otra semifinal destinada en estos momentos al quinto partido entre Unicaja y Murcia con ambos equipos ganando los encuentros en cancha contraria. Conscientes que aún no hemos hecho nada haciendo falta rematar la labor en una final que puede ser muy complicada si es con el equipo malagueño que tendría ventaja de campo, también sabedores que a este nivel demostrado muy pocos equipos pueden ganarnos. Respetando a Murcia si es finalmente el contrincante en dicha final, contra el equipo de Sito tendríamos ventaja de cancha. Faltan tres victorias para poner fin a una temporada con sabor agridulce por la derrota en Berlín, pero que ganando la final nos puede dejar un mejor gusto.