Los lectores y visualizadores de “Medicina Responsable” tienen aquí amplia información de los premios Rey Jaime I. Pero me gustaría hacerles partícipe de una modesta reflexión sobre un acontecimiento, que reúne el mayor número de premios Nobel de cualquier ceremonia que se celebre en el mundo.  Este año se conserva en la media, 21 premios Nobel. No hay tantos premios Nobel ni siquiera en Estocolmo, durante la entrega anual de los Premios Nobel. Esta labor de la Fundación, obra del tesón y el talento del doctor Santiago Grisolía, despierta en la sociedad española eso que podríamos denominar un entusiasmo perfectamente descriptible.  Por referirnos únicamente al sector de la Medicina, se juntaron en esta edición cuatro premios Nobel de Medicina, y la representación del sector de la Medicina Pública, la privada, la colegial o la farmacológica, fue muy modesta y, en algunos casos inexistente. Es algo así, como si en la entrega del premio Cervantes, hubiera una exigua representación de escritores, poetas, editores y libreros.  Podría añadir, amablemente, que no es una crítica, pero sí lo es, y no sólo al sector médico y científico, sino también a los medios audiovisuales que tanto esfuerzo centran en noticias mucho menos importantes.
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