Tanto por su importancia biológica para la preservación de la especie como por su fuerte carga afectiva y relacional (y porque es muy divertida), la sexualidad es uno de los elementos vitales que más marca a la persona. Si bien en la mayoría de los casos su importancia a nivel existencial queda relegada a muchos otros aspectos de la vida, es patente que el atractivo sexual, la complementariedad afectiva, el enamorarse y el amar son elementos centrales que afectan profundamente la propia experiencia vital.

En la sexualidad humana se da la misma paradoja que aparece en tantos otros impulsos biológicos: una pasión animal por satisfacerlos y un componente racional y relacional que nos muestra que, de hecho, nunca serán satisfechos a no ser que se integren en un proyecto superior y de nivel personal e intrapersonal. Algo parecido ocurre con la comida, hasta el punto de ver la degeneración porcina a la que lleva su consumo industrial por el mero deseo de satisfacer la insaciable hambre de dar un bocado más.

Por otro lado, todas estas funciones biológicas que nos mantienen en nuestra corpórea realidad, son también las que en su contexto intrapersonal riegan de alegría la existencia y nos remiten a que la vida es realmente maravillosa. La cena en familia con la abuela, dormir con amigos en el monte, acostarse tras un revuelco anudando las manos con la persona amada. No son simple comer, dormir y f*llar. Son vivir en humano, son los destellos de trascendencia que fecundan la materialidad.

Por su fuerte componente pasional, la sexualidad desde siempre ha tenido un poder obcecante. Puede ser en ocasiones tan fuerte como la sed del caminante que recorre secarrales que se pierden en el horizonte. Vivir una sexualidad satisfactoria requiere mucho trabajo a largo plazo, mientras que basta trabajarse un poco las gónadas para satisfacer momentáneamente la pasión sexual.

Este hambre con sus ganas de comer crean un potencial mercado de insatisfactibles satisfacciones que, con la llegada de internet, tenía que explotar. Si os gustaron las Guerras del Opio, la epidemia del porno os va a encantar.

Hoy nos acompaña Jorge Gutiérrez Berlinches, impulsor de la iniciativa “Dale Una Vuelta” para informar sobre la adicción a la pornografía y posibles estrategias de salida. Es el autor de En la trampa del sexo digital.
Entramos.

Bienvenidos a la Terra Ignota.

Emitido en YouTube el 3 de marzo de 2024: https://youtube.com/live/xgRLTIBolt8

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