La crisis sanitaria por la Covid-19 suma otra consecuencia: una crisis psicológica. El protocolo funerario está lleno de prohibiciones. El Salvador prohíbe un ritual fúnebre, velaciones, rituales religiosos, abrir el ataúd; y solo permite la presencia de cuatro personas adultas en las inhumaciones. Esto, según explican los psicólogos, deja muchos duelos abiertos, es decir, duelos que no pueden continuar su proceso por las etapas de negación, ira, negociación, depresión y aceptación.A casi dos años de pandemia, ¿continúa siendo válido el protocolo vigente para este tipo de funerales? ¿Ha sido actualizado con los avances científicos en la materia? ¿Existe un mayor peligro en estos eventos que en otros? ¿Cómo afecta al doliente no poder despedirse de quienes mueren a causa del virus? ¿Qué implicaciones tiene a mediano y largo plazo en su salud mental?Para responder estas dudas, Revista Factum conversó con dos expertos en el tema. Uno de ellos es el Dr. Alfonso Rosales, médico epidemiólogo, investigador y docente, quien comenta acerca de todas estas restricciones.