A la profundidad inagotable y al cimiento del ser, la religión lo denomina "Dios". 
Reich utiliza la palabra precisamente en ese sentido cuando escribe:
"Si conoces el océano, dormido, agitado o totalmente despierto, conoces a Dios y sabes de qué han hablado todos los Cristos de la historia del hombre. Si no conoces el océano, estás perdido, simplemente, seas quien fueres. Si temes sumergirte en sus profundidades, tal vez sólo conozcas el océano como reflejado en un espejo, pero no puedes dejar de ser parte del océano, que surge de sus profundidades y retorna a su quietud. Y al emerger del océano y volver a él, te llevas contigo su profundidad: no un poquito de profundidad en comparación con la gran profundidad del océano. No un miligramo de profundidad en comparación con mil toneladas de profundidad. La profundidad es profundidad, en un gramo o en una tonelada. Es una cualidad, no una cantidad".


Corrientes de vida
David Boadella


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Imagen: Nan Goldin

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