1) Encuentro: Cuando comienza el evangelio nos enseña que la vida eterna, el
reino, es un encuentro. Pues esta vida misma te cambia cuando te encontrás con
Él. Por eso estamos llamados a ser testigos más que licenciados o doctores en
teología. El encuentro con Dios es lo que te cambia y no el saber de las cosas de
Dios lo que te traspasa. Conocí muchos eruditos de las cosas de Dios que tenían
un corazón vacío, como también conocí muchos faltos de conocimientos
teológicos, pero con un amor pleno hacia Dios, porque el encuentro con Cristo es
lo que te cambia. Es tu encuentro lo que te hace sabedor de la vida y es el
conocimiento de las cosas de Dios lo que te ayuda a saborearla a la vida.
2) La prudencia: En esta vida tenés que ser prudente, La palabra “prudencia”
proviene del latín prudentia, término compuesto por las voces pro (“antes”) y
videntia (“visión”) “contemplación”. De manera que la prudencia consiste en la
capacidad de contemplar de manera anticipada las posibles consecuencias de las
propias acciones. Se trata de un término muy emparentado con la palabra
“providencia”, es así como en tu vida tenés que aprender a contemplar el todo. No
seas acelerado ni ansioso. Aprende a controlarte y no dejes que tus pasiones
gobiernen tu corazón. Para que haya paz en tu vida es necesario que seas
precavido y sepas mirar el todo pero, por sobre todo, saber que lo que puede
afectar a otros y a vos son tus actos. Las personas prudentes son aquellas que
evalúan los peligros y las consecuencias antes de actuar, y que por lo tanto
pueden evadir los riesgos innecesarios. Pero no confundas prudencia con miedo.
Ser prudente es actuar con cautela por y para tu vida, mientras que el miedoso no
hace nada por y para su vida porque se ata a un miedo actual o futuro.
3) No saben el día y la hora: Es importante recordarte que tenés que vivir el día a
día. No te olvides del hoy por vivir un mañana del que no sabes qué pasará. Pero
también soltá ese pasado que te ata y que te mantiene atrás. Aprende a mirar tu
vida con el todo y saber aceptar lo que pasaste y enfrentar lo que viene. La vida
está llena de oportunidades, pero para ver las oportunidades debes aceptar tus
errores y fracasos del pasado. Solo en Dios podés ver la vida y su mano en el hoy.
Me pongo en tus oraciones ya que hoy, 12 de noviembre cumplo un año más de
vida, 39 años ya. Sé que cometí muchos errores en mi vida y le entrego mi
pasado, porque sé que también hoy Dios me sigue poniendo oportunidades en
este presente que le consagro, pero también le ruego tener la paz en mi alma para
asumir mi futuro y confiar siempre en Él. Amén. Algo bueno está por venir.

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