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La experiencia jugando a Journey es, en pocas palabras, transformadora. Desde el primer momento en que empiezas a jugar, te sientes atraído por su soledad, la naturaleza, su música y todo aquello que no cuenta, que sugiere. Al principio, todos nos sentimos un poco perdidos y confundidos. No sabemos por qué estamos allí ni a dónde debemos ir. Pero a medida que avanzas, es como que todo se despliega ante nuestros ojos y nos adentramos en el críptico laberinto que nos propone.

Bienvenidos a un nuevo Informe de Misión, el espacio en el que confluye la información y la pasión a los videojuegos. Es nuestro humilde tributo a obras maestras del medio que han influido de una manera u otra nuestras vidas. Y es que cuando Journey se estrenó en 2012 algo cambió para siempre. Cientos de videoensayos llenaron YouTube, la crítica lo elogió como el mejor juego del año y los jugadores empezaron a plantearse en voz alta una pregunta que llevaban tiempo rumiando: ¿son los videojuegos arte? ¿Es posible crear experiencias de vida a través de la ficción digital? ¿Y si la violencia no fuera el único leitmotiv posible?

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En este programa han participado Marta García (@Nelvalay), Víctor Martín (@Reynolds13_), Atreides (@AtreidesXXI) y Sergio Tur (@serturjo).