Hay instantes que detienen el tiempo. Destellos irrepetibles en los que se encapsula la historia. Intersecciones cósmicas que conectan las épocas. Es el Aleph, así lo llamaba Jorge Luis Borges. Ese punto en el espacio que contiene todos los puntos del universo. Esos accesos breves al infinito están ahí… Es el momento en que Usain Bolt corrió más rapido que nadie en los cien metros. Es Pete Rose conectando el hit 4192 para superar a Ty Cobb. Es Emmit Smith superando las 16726 yardas de Walter Payton. Y ahora es él. Lebron y el enceste que batió el récord historico de Kareem Abdul Jabaar. Los 38387 puntos de por vida. Y lo mejor es que la leyenda Laker estaba ahí para atestiguarlo; el gran Kareem acudió a la arena para pasarle el balón al rey. Dos eslabones de una cadena de gloria. Lebron, el chico de Akron, Ohio, el que creció sin padre, el que eludió los peligros del barrio, el prodigio que de la preparatoria pasó a la NBA, está solo en la cumbre. Y con él una estela de récords. El único con más de 30 mil puntos, mas de 10 mil rebotes, más de 10 asistencias. Tras 20 temporadas en la liga, Lebron tiene un sueño, jugar hasta el 2025 y compartir vestidor con su hijo Bronny quien busca llegar también a la NBA. Mientras, Lebron, el rey ya abraza la eternidad.