"Satanás y sus séquitos están organizados, atentos y sin descanso, “Como león rugiente buscando a quien devorar” armando sus estrategias para actuar en contra de Dios y su iglesia. Por esto, el Señor no nos dejó sólo a su Espíritu Santo, sino, también nos dejó la armadura que debemos usar cada día para defendernos, como buenos soldados de Cristo."
Pr. David Hernández.