Cuando Claqueta compartió a su mundo que tenía cáncer, sin duda sacudió las fibras de cada uno de los que la amamos, la respiración de familia y amigos se detuvo unos instantes y sin duda, nuestro corazón se encogió de miedo. No es para menos si el cáncer es un monstruo traicionero. Las frases de aliento, las porras tras bambalinas jamás faltaron ni cesaron. Pero hay una voz que destaca entre todas: la del amor de su vida. Él, que nunca esquivó la mirada y por el contrario tuvo la fuerza de plantarse y no soltar su mano con cada quimio, cada llanto, cada momento de duda y frustración, él, que hubiera dado una parte de sí mismo con tal que ella estuviera bien, él, que ha aprendido tanto de este viaje y de ella. Jorge, bienvenido a 3x1 ideas para llevar gracias por compartir en estos pasillos de la vida, tu experiencia, tu perspectiva y tu amor infinito a Claks.

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