Aunque el caso de hoy no sea tan habitual si que termina resultando en una situación bastante más habitual de lo que nos imaginamos: arreglar las cosas con nuestra empresa cuando nos vamos.



Es decir, gestionar la salida de una manera que nos permita simular un despido y así tener una indemnización y la posibilidad (al menos en España) de cobrar la prestación de desempleo.



Sobre esto hoy quiero contaros como funciona esta práctica tan habitual pero ojo, ¡a la vez ilegal!





Venga, vamos con ello.



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¡Hasta mañana!