En este nuevo episodio, se sube a La vida circular la charanguista Luciel Izumi. Virtuosa de su instrumento, empezó a practicarlo a los 12 años y desde entonces ha ganado varios premios en diversos concursos y festivales. Vive entre Cochabamba y La Paz, pero se ha transformado en una suerte de embajadora de la música boliviana. Se ha presentado en escenarios de México -nada más ni nada menos que en el prestigioso festival Womad-, en México y en Estados Unidos. Experta en ritmos folclóricos de su país, su búsqueda trasciende lo telúrico y abarca nuevos campos, como el jazz y el soul. De paso por Buenos Aires, donde dictó talleres, ofreció conciertos y participó de la jam de La Grande (el proyecto de improvisación dirigida por señas de Santiago Vázquez), repasa en esta charla su carrera, su vínculo con el instrumento y, señal del empoderamiento femenino regional y global, explica por qué empezó a hacer pole dance.