21 de marzo | Nueva YorkHola, maricoper. Agua y sol, y guerra en Sebastopol.Leer esta newsletter te llevará 12 minutos y 32 segundos.Los Teslas voladores están conducidos por gente muy tonta. Bienvenido a La Wikly.? Otra crisisLo importante: la invasión rusa de Ucrania golpeó las economías de todo el mundo desde el primer día. Ahora, las sanciones y la prolongación del conflicto prometen agravar la debacle, poniendo a los líderes políticos de las potencias occidentales en una situación complicada.En Estados Unidos, el terremoto económico tiene además implicaciones políticas en el corto plazo, pues el país celebra elecciones legislativas en noviembre.Contexto: en los meses previos al conflicto, Occidente ya pasaba por un momento inflacionario preocupante conforme quedaba atrás la ola ómicron. La guerra en Ucrania solo ha hecho que golpear más si cabe los precios de multitud de productos, desde la gasolina a la alimentación.Estados Unidos debería poder evitar el contagio de crisis en algunos sectores, pero el país ya venía de un aumento de precios considerable.La inflación era el mayor quebradero de cabeza de la Casa Blanca hasta que la intervención rusa administración cambió el panorama geopolítico global.Explícamelo: los estadounidenses ya están empezando a notar la guerra en Ucrania en sus bolsillos. Y con unas elecciones a la vuelta de la esquina, hay tres frentes económicos que creemos importante resaltar.Solo así entenderemos mejor dónde poner el ojo en los próximos meses y cómo entender las medidas que tome la Casa Blanca para intentar navegar esta ola tan difícil.⛽️ Una gasolina disparadaLa crisis ruso-ucraniana despertó grandes preocupaciones a nivel mundial por las consecuencias que podía desencadenar el desabastecimiento de combustible. Aunque es independiente energéticamente, Estados Unidos no está a salvo del efecto dominó en los mercados mundiales producto de las prohibiciones a las importaciones de combustible ruso.La producción de gas y petróleo en Estados Unidos alcanzó un récord en 2019, mantuvo un superávit en 2020 y reportó cifras esencialmente equilibradas en 2021, según la Administración de Información de Energía.Esto significa que el aumento de precios internacionales de petróleo ya no es un problema para el crecimiento general, no afecta el Producto Bruto Interno (PBI) del país.Sin embargo, debido a que la energía es un mercado global, todavía representa un problema para los consumidores estadounidenses y la administración en funciones.El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, pronostica una alta inflación hasta mediados de año, por lo que los precios de la gasolina seguirán siendo un problema de cara a noviembre.Desde la industria extractiva estadounidense dicen no estar en su mejor momento para responder al momento y aumentar la producción de combustible. Los pozos de petróleo de Estados Unidos no han vuelto a los niveles de producción prepandémicos, en parte porque los inversores han pedido disciplina para poner fin a los ciclos de sobreproducción y quiebras.La industria también sufre amplios problemas en la cadena de suministro y escasez de mano de obra que dificultan aumentar rápidamente la producción, según dijo esta semana la directora ejecutiva de Occidental Petroleum, Vicki Hollub.Los críticos alegan que la industria petrolera no quiere aumentar la producción porque la subida de precios les está reportando más beneficios sin necesidad de invertir en más extracciones.Medidas paliativas. Pese a sus ventajas, el precio del combustible en Estados Unidos alcanzó números récord este mes con motivo de la crisis en Ucrania. Políticos y funcionarios están intentando acordar medidas para evitar el golpe al bolsillo de los consumidores tras dos años de traspiés económicos.Varios gobernadores están pidiendo al Congreso que apoye un proyecto de ley que suspendería el impuesto federal a la gasolina para lo que queda de año.Ese impuesto es de 18.44 centavos por galón, significativo cuando el precio na