Tiempo de aguantar.
1)  Desconformes: Es como que vemos que se termina el año y nos hacemos quejosos de todo. Nos quejamos porque hace frío o hace calor. Pedimos que llueva y, cuando llueve, que por favor salga el sol. Parece que nada nos cae bien. Y esta situación se nos pega y ya andamos con quejas tras quejas y ya no disfrutamos de vivir. Y lo hermoso que es la vida. Más bien miramos todo el tiempo lo faltante o buscamos compararnos para ver qué nos falta.
2) Comentarios: Recordá algo clave: «siempre te van a criticar» y perdón que lo diga así, pero uno de nuestros problemas en la Iglesia es que somos demasiados criticones. Es como que le quitamos el lugar a Freud o Nietzsche y nos convertimos en los «padres de la sospecha». Es como que a todo le buscamos la manchita para apuntalar por allí. Cómo será que hasta a Jesús le pegaban la criticada, menos vos te vas a salvar.
3) Auténtico: Por eso vos tenés que ser auténtico y buscar tu libertad. Es sabiéndote que sos libre cuando actúas con naturalidad, siendo como sos y cumpliendo tu misión en este mundo. No busques hacer las cosas para quedar bien con el otro. Es por ahí que muchos dejan de lado la autenticidad y pasan a ser moldecitos de otros. Se ajustan a lo que otros quieran que vos seas, eso va a llevar a la angustia y esclavitud de identidad. ¡Vamos! Que en esta Navidad vivas en libertad y en autenticidad porque ¡Navidad es Jesús!

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