La obra de Dios no se frena.
1) Las parábolas: es ver cómo Dios trata de explicarnos que la vida cristiana no es compleja, pero exige de vos y de mí humildad y sencillez. Eso sí es lo complejo. La clave es reconocer que sos nada y que Dios es todo, pero cuanto más unidos a Él estamos, entonces ahí nos hacemos todo. Hoy aprendamos a mirar al otro de igual a igual, porque todos somos pecadores perdonados. 
2) El publicano: representa a aquel o aquella que siempre se justifica de todo. Como que nada ni nadie le toca, se compara y quiere controlar hasta al mismo Dios. Somos ese tipo de personas que necesitamos compararnos para calmar nuestra conciencia, que somos mejores. Incluso el evangelio nos dice que estaba de pie, símbolo de la soberbia de decirle a Dios "aquí estoy yo". 
3) El pecador: se refiere a quien se sabe necesitado de Dios; donde vos y yo tenemos esa capacidad de reconocer que somos débiles y que nos sentimos sin nada que ofrecerle, mas que nuestros pecados y errores. Dios no te deja solo nunca y te recuerda que viene a abrazarte como Padre. Que Dios siga alimentando tu vida, pero vos seguí mostrando tus necesidades y debilidades, porque Él es la fortaleza de tus debilidades.

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