Vivimos con una presión tremenda. La exigencia que hay fuera, no se corresponde con lo que podemos ofrecer. Es una locura, solo un extraterrestre podría llegar a todo. Que si trabajar y llegar a todos los compromisos, objetivos, y facturación. Atender a los cientos de mails, WhatsApp, zooms diarios, videollamadas, directos y reuniones. Luego, ten tiempo para meditar, hacer ejercicio, estar mona, comer bien, leer, estar contenta y ayudar a hacer los deberes a tus hijos. Saluda por la calle, acuérdate de los cumpleaños, invita a comer a la familia y se una buena anfitriona, habla con tu pareja y un largo etcétera …ah! Y entre todo esto, conecta con tu divinidad e ilumínate.

Debo ser de otro planeta, pero yo no llego a todo y la verdad, después de intentarlo y casi morir en el intento, me he dado cuenta de que no pasa nada por no llegar, de hecho, mejor no llegar.

La vida es más simple y es importante saber lo que de verdad es importante. Porque eso es lo que nos hace feliz y eso es lo que nos vamos a llevar. No vamos a pasar a la historia, ni nadie nos va a recordar por contestar más mails, WhatsApp o hacer más reels. Las personas nos recordaran por lo que les hicimos sentir.

En el episodio de hoy te comparto mi experiencia y algunas reflexiones. Deseo que sea de utilidad.