Creado por un par de millonarios franceses que quieren apoyar las causas de la naturaleza, este refugio de 14 hectáreas se abrió en las cercanías de la Ciudad de Chartres. Recibe a animales jubilados de los circos, quienes ya tendrán prohibido su uso para espectáculos. Pero también recibe a animales jubilados de laboratorios científicos.