En el programa Chayo Contigo la Dra. Rosario Busquets platicó de:- Cuando los papás no han hablado de sexualidad con los hijos, consideran que la adolescencia es un buen momento para hacerlo, y la realidad es que, aunque nunca es demasiado tarde, van a necesitar el doble de trabajo que si hubieran iniciado el acercamiento al tema desde que eran pequeños. Si crecemos aprendiendo de sexualidad y aprendemos a ver nuestro propio cuerpo y el de los demás con respeto y con naturalidad, no va a haber necesidad de obtener información de fuentes o de personas poco confiables, si son papá y mamá quienes nos hablan de sexualidad.- No es lo mismo encontrarse a dos niños de tres años en juegos sexuales, que encontrarse a un niño de pre-escolar y un adolescente, porque de entrada ya no es un juego sexual sino juego abusivo o incluso abuso sexual en caso de que hayau na diferencia cronológica entre ellos. Si la primera reacción de los papás es gritarles y pegarles, acabamos teniendo un impacto muy fuerte para los pequeños y afectamos la relación de los niños y de los papás, y afectamos la percepción de la sexualidad.- Una de las manifestaciones más frecuentes de la rivalidad entre hermanos o del intento de alguno de los hijos por ganar aceptación o aprobación que no siente tener de los padres, es acusando a los hermanos, y la única razón por la que los niños tienen que aprender a reportarle a los papás el comportamiento de un hermano, es cuando su conducta lo está poniendo en riesgo o lo que está haciendo tiene implicaciones que el hermano por su edad no alcanza a dimensionar.- Tengo un hija de 17 años, nunca me junté con su papá, me dediqué a estudiar, trabajar y a que no le faltara nada. Cuando me casé con mi esposo ella se quedó en casa de mis padres, ya se que no debía haberlo permitido pero es algo que ya no puedo cambiar. Me dijo que en cuanto cumpla los 18 se va a juntar pero quiere que le siga apoyando para sus estudios. Esto no me parece a mi, pues si tiene la madurez para establecer una relación en pareja, no se me hace justo que yo me parta el lomo, mientras ella está allá con su pareja feliz, sin que sepa qué es ganarse sus cosas. Siento que si quiere tener una relación de pareja, entonces que lo haga con todo lo que conlleva. Por otro lado, no me gustaría verla en unos años toda amolada teniendo ciertas carencias. En una ocasión descubrimos que estaba fumando mariguana y ha llegado en algunas ocasiones tomada a la casa. No sé qué hacer, no sé si apoyarla aún a sabiendas que va directito al matadero o darle la espalda.- Tengo 15 años de casada y tres hijos. A mi esposo le gusta tomar. Hace tiempo cuando estaba embarazada de mi segunda hija me golpeó. En mi tercer embarazo prácticamente estuvo ausente. Ahora, toma con más frecuencia, no le importa si le encargo algo para sus hijos aún cuando se trate de cosas porque están enfermos, a él le importa poco, no sé qué hacer. Tengo miedo que mi hijo siga los mismos pasos que su papá. Ya me cansé de hablar con él, he pasado tantas cosas que ya no sé cómo poner un límite.- Soy una mujer de 40 años, me casé cuando tenía 23. Me casé porque ya no quería estar en casa de mis papás. Desde que recuerdo siempre han sido problemas entre mis papás y hasta la fecha, suena absurdo pero en ese momento creí que era la solución, pero ¡oh gran error! Al poco tiempo de casada quise separarme de mi esposo pero no pude, me llené de ideas, preocupándome más por lo que la gente dijera, especialmente por lo que dijera mi papá. Yo no quería casarme bien, solo quería vivir en unión libre, si funcionaba bien y si no pues a seguirle. Obvio no quería familia. Mi papá me lleno de ideas y accedí a casarme. Trece años después decidí divorciarme y regresé a casa de mis papás, pero ya con una hija de 8 años. Él es un buen tipo, solo que es muy conformista. Estuve un año separada de él y por conflictos con mis papás y con mi hermana me vi en la necesidad de regresar con el papá de mi hija. Llevo tres años con él y sigue