La situación familiar del menor que disparó en el Colegio Torreón fue muy compleja, estaba dentro de un círculo vicioso transgeneracional en donde los abuelos y los padres estaban implicados. Necesitamos mirar hacia nosotros y nuestras familias.Está muy documentado por la ciencia que cuando existe en el trato a un bebé y a un niño pequeño negligencia, abuso, abandono, se generan una serie de reacciones lógicas de sobrevivencia y es estar al acecho para defenderse.Cuando el niño no tiene momentos de bienestar y de tranquilidad, y el estrés es continuo, se genera un fenómeno que se llama estrés tóxico; éste altera la estructura y la función cerebral.Las respuestas de sobrevivencia son agresión, salir corriendo o quedarte paralizado; el cerebro se cablea para sobrevivir dentro de un círculo de violencia.Las personas que pasan por este tipo de situaciones no sienten empatía al momento de delinquir.Los niños no necesitan papás perfectos, necesitan papás presentes.Maltrato es cuando a un niño se le humilla, la negligencia es no hacerle caso.Este tipo de casos no hay que olvidarlos y dejarlos atrás, nos deben de servir para sensibilizarnos.