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El milagro de la paz: Puedes encontrar la paz en cada desafío que enfrentes
El milagro de la paz: Puedes encontrar la paz en cada desafío que enfrentes
El milagro de la paz: Puedes encontrar la paz en cada desafío que enfrentes
Libro electrónico142 páginas1 hora

El milagro de la paz: Puedes encontrar la paz en cada desafío que enfrentes

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En El milagro de la paz, el autor de confianza Jack Countryman y otras personas dinámicas de fe de treinta a noventa años compartirán inspiración y esperanza sobre la paz milagrosa que solo Dios puede traer durante las temporadas más tormentosas de la vida.

Dios nos ha instruido en la Biblia que no nos preocupemos por el mañana. Suena simple, así que ¿por qué es tan difícil de lograr?, ¿por qué no podemos encontrar la paz? Explora lo que la Biblia dice acerca de dejar ir la ansiedad y el miedo y abrazar una nueva forma de pensar que nos lleva a una relación más cercana con Dios.

Con El milagro de la Paz, te sentirás animado mientras descubres cómo:

  • Entender los planes de Dios cuando nada parece tener sentido
  • Encontrar la calma cuando todo a tu alrededor es el caos
  • Confiar en que Dios te tiene en la palma de Su mano

Este hermoso libro incluye:

  • Una página de presentación para regalar
  • Una cinta marcadora para mantener su lugar
  • 52 meditaciones sobre cómo encontrar la paz en un mundo turbulento

Dios no quiere que sus seres queridos sufran con preocupación. A medida que te acercas a Él, experimentas el milagro de la paz que está disponible para ti. Solo tienes que pedirlo.

The Miracle of peace

In The Miracle of Peace, trusted author Jack Countryman and other dynamic people of faith from their thirties to their nineties will share inspiration and hope about the miraculous peace that only God can bring about during the stormiest seasons in life.

God has instructed us in the Bible not to worry about tomorrow. It sounds simple, so why is it so difficult to achieve? Why can't we find peace? Explore what the Bible says about letting go of anxiety and fear and embracing a new way of thinking that brings us into a closer relationship with God.

In The Miracle of Peace, you'll be encouraged as you discover how to:

  • Understand God's plans when nothing seems to make sense
  • Find calm when all around you is chaos
  • Trust that God has you in the palm of His hand

This beautiful book includes:

  • A presentation page for gift-giving
  • A ribbon marker to keep your place
  • 52 meditations about finding peace in a troubled world

God doesn't want His loved ones to suffer with worry. As you draw closer to Him, you'll experience the miracle of peace that is available to you. You only need ask.

IdiomaEspañol
EditorialThomas Nelson
Fecha de lanzamiento3 oct 2023
ISBN9781400336531
Autor

Jack Countryman

Jack Countryman is the founder of JCountryman gift books, a division of Thomas Nelson, and is the recipient of the Evangelical Christian Publishers Association's Kip Jordan Lifetime Achievement Award. Over the past 30 years, he has developed bestselling gift books such as God's Promises for Your Every Need, God's Promises for Men, God's Promises for Women, God Listens, and Red Letter Words of Jesus. Countryman's books have sold more than 27 million units. His graduation books alone have sold nearly 2 million units.

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    El milagro de la paz - Jack Countryman

    1

    ESCOGER LA PAZ LOS UNOS CON LOS OTROS

    Todos hemos tenido la experiencia de estar en una conversación que se vuelve cada vez más intensa y acalorada, y llegamos a un punto en el que no estamos seguros de los derroteros que este diálogo tomará. Las emociones nos animan a ganar el argumento o devolver un insulto con otro insulto. ¿Qué pasaría si, en lugar de eso, decidimos hacer las paces con ese hermano o hermana en Cristo?

    El camino de Dios es el camino de la paz. Él también quiere unidad entre sus seguidores. Cuando, por su gracia, vamos más allá de cómo nos sentimos y buscamos estar en paz con nuestros hermanos y hermanas, podemos experimentar un cambio en nuestro corazón y posiblemente evitar decir o hacer algo que después lamentaremos en el futuro. Por lo tanto, lleva a Dios en oración cualquier aspecto de la conversación —¡o de la persona!— que te esté molestando. Escucha al Espíritu Santo, que es tu guía, y confía en que Él te capacitará para obedecer.

    A fin de zanjar o evitar un conflicto, primero acude a Dios y busca la guía de su Espíritu. Dios siempre está listo para que acudamos a Él con un corazón y una mente receptivos. Él siempre está listo para darte la sabiduría que necesitas (Santiago 1:5).

    PARA REFLEXIONAR

    Si te detuvieras y escucharas a Dios la próxima vez que surja un conflicto, ¿qué podrías esperar que Él te dijera?

    Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen sobre ustedes su gracia y su paz.

    1 CORINTIOS 1:3, DHH

    2

    PAZ DE LO ALTO

    Hace tres años —y un mes después de haberme caído y dado un golpe en la cara— mi esposa Marsha y yo estábamos viendo televisión. Al volverme para hablar con ella, no pude pronunciar ni una sola palabra. Cuando llamamos al médico a la mañana siguiente, la enfermera me dijo que fuera al centro médico local de inmediato, y así lo hicimos.

    Tras descubrir que tenía sangre en el cerebro, el médico me envió a Vanderbilt, donde supe que tenía tres opciones: (1) esperar y ver si la sangre era absorbida en mi cuerpo; (2) que me hicieran una craneotomía para quitarme una parte del cráneo y detener la hemorragia; o (3) sufrir una intervención quirúrgica que consistía en hacerme uno o varios agujeros pequeños en la cabeza y usar un tubo para drenar la sangre. Sin dudarlo, decidí que me hicieran la cirugía. Lo que me asombra es que no tuve ni duda ni temor; estaba completamente en paz. Más tarde, cuando fui al hospital para que me realizaran la operación, tuve la misma confianza de que Dios estaba a cargo de todo y cuidaría de mí. Y Él lo hizo.

    Dos semanas después de la cirugía, fui a visitar a mi médico de cabecera. Me miró a los ojos y me preguntó: «Jack, ¿eres consciente de la suerte que tienes? Siete de cada diez personas mueren cuando tienen sangre en el cerebro».

    Al pensar ahora en toda esa situación, me doy cuenta de que nunca temí por mi vida. En cada paso del camino, Dios me dio un sentimiento de paz que no puedo explicar. No tenía duda de que Él estaba conmigo y la cirugía saldría bien.

    Cuando decides entregarle tu vida a Dios, el Espíritu Santo que vive en tu interior se convierte en tu Consolador (Juan 14:16, RVR-1960). ¡Gloria a Dios! ¡Qué bendición!

    PARA REFLEXIONAR

    Intenta acordarte, como hice yo, de una situación en tu vida en la que tuviste que enfrentar el temor. Comenta el grado de paz que experimentaste o no en cada paso del proceso.

    «Quien quiera amar la vida y pasar días felices,

    cuide su lengua de hablar mal

    y sus labios de decir mentiras;

    aléjese del mal y haga el bien,

    busque la paz y sígala.

    Porque el Señor cuida a los justos

    y presta oídos a sus oraciones,

    pero está en contra de los malhechores».

    1 PEDRO 3:10-12, DHH

    3

    DIOS QUIERE BENDECIRTE

    No se trata solo de una celebración del Día de Acción de Gracias. Tampoco debería convertirse en algo repetido y robótico. Estoy hablando de considerar todo lo que tienes como resultado de la gracia de Dios, todo lo que tienes que agradecerle; todo lo que tienes, punto.

    Para empezar, Dios tal vez te ha dado buena salud, un empleo y un lugar donde vivir. Añade cinco —o diez o veinte o más— cosas a tu lista. Luego, dale gracias a Dios por su amor, su misericordia y su gracia.

    Después, considera qué bien te hace quejarte por lo que no tienes o por las circunstancias actuales de tu vida. Según las Escrituras, «el Señor cuida a los justos y presta oídos a sus oraciones» (1 Pedro 3:12, DHH). ¡Qué promesa tan maravillosa, y qué invitación! Debes saber que Dios escucha tus oraciones, que anhela bendecir tu vida y que su paz es solo uno de los regalos que tiene para ti. Acércate a Dios en cada momento de cada día, porque en su presencia serás bendecido al experimentar su paz.

    PARA REFLEXIONAR

    Piensa en lo que te impide acercarte a Dios en el transcurso de tu día. Considera qué puede estar impidiendo que oigas su voz. Después, decide cómo eliminar, superar o evitar esos obstáculos.

    Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia a ustedes y paz.

    Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, mencionándolos en nuestras oraciones, teniendo presente sin cesar delante de nuestro Dios y Padre su obra de fe, su trabajo de amor y la firmeza de su esperanza en nuestro Señor Jesucristo [. . .] porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como saben qué clase de personas demostramos ser entre ustedes por el amor que les tenemos.

    Y ustedes llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor, habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo.

    1 TESALONICENSES 1:1-3, 5-6

    4

    PAZ CON DIOS

    HANK HANEGRAAFF

    Este pasaje de 1 Tesalonicenses me recuerda a mi buen amigo Hank Hanegraaff. Durante cuatro años, Hank peleó una batalla para superar su lucha contra un linfoma de células del manto en fase 4. Le pregunté a Hank sobre la paz que Dios le dio durante esa prueba.

    Cuando mi querido amigo Jack Countryman me pidió que escribiera sobre la paz, lo consideré una tarea abrumadora. No porque no haya experimentado la paz. Sino más bien porque como explicó San Pablo: «La paz de Dios sobrepasa todo entendimiento».

    El evangelio de la paz es una vista previa de la promesa de una paz perfecta en el paraíso. En el presente, nuestra paz todavía sigue siendo imperfecta. Sin embargo, como seguidores del Cordero, continuamos adelante hacia la promesa cierta de que un día traspasaremos el umbral del Jordán para entrar en un océano eterno de perfecta paz. Por lo tanto, los que están firmes con sus pies calzados con el apresto que viene del evangelio de la paz están solamente a un latido de distancia de la perfecta paz.

    Mediante la paz con Dios, la paz con otros y la promesa de una paz segura en el paraíso, estamos equipados para enfrentar todas las pruebas y tribulaciones que la vida nos ponga por delante. Aunque he contemplado esa paz en escritos previos, nunca he experimentado el océano de la paz de Dios ni la mitad de lo que lo experimenté cuando yacía en la cama de un hospital enfrentando mi propia mortalidad. Tras haber peleado ya por cuatro años una batalla contra un linfoma de células del manto en fase 4, los tumores abrumaban mi cuerpo físico. Las probabilidades de sobrevivir comenzaban a ser cada vez menores. Sin embargo, durante la parte más agonizante del proceso, puedo testificar que la paz de Dios fue una realidad existencial. Me bañé en el océano de su paz providencial y me gocé en su poder y su presencia en medio de mi dolor. Por lo tanto, puedo testificar de todo corazón sobre una paz que no tengo palabras para explicar adecuadamente.

    PARA REFLEXIONAR

    Describe un tiempo en el que experimentaste si no «el océano de la paz de Dios», al menos algunas olas considerables.

    Pero en cuanto al amor fraternal, no tienen necesidad de que nadie les escriba, porque ustedes

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