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Las claves de su horóscopo signo a signo
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Las claves de su horóscopo signo a signo
Libro electrónico388 páginas4 horas

Las claves de su horóscopo signo a signo

Por Atman

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¿Cómo es el hombre nacido bajo el signo Capricornio? ¿Y la mujer Acuario? ¿Qué carácter tienen los Sagitario? ¿Sabe cuáles son las casas astrológicas y su significado? Encuentre la respuesta a estas y otras cuestiones que se plantee sobre los horóscopos en esta práctica guía. Averigüe todos los detalles sobre su signo o sobre el de sus amigos y familiares: cualidades y defectos según el sexo y la edad, relaciones con los demás, piedras y números de la suerte, colores característicos, personajes célebres, ascendente…
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 nov 2017
ISBN9781683255734
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    Excelente libro muy asertivo demasiado interesante auto explorarse y poder conocer a los que nos rodean

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Las claves de su horóscopo signo a signo - Atman

significado

INTRODUCCIÓN

La astrología es la disciplina que, basándose en conceptos generales del universo, formula que existe una relación entre el movimiento del Sol, de la Luna y de los planetas y las acciones o acontecimientos humanos.

En su larga historia, la astrología ha sido definida como ciencia, seudociencia, brujería, arte, teología astral.

Desde hace unos treinta años se presta mayor atención a la astrología y se estudia igual que las materias rigurosamente científicas; existen cátedras de astrología en las universidades más adelantadas del mundo, en las que se tratan los fenómenos ligados a la misma con tal seriedad que ha librado a esta ciencia de la fama de charlatanería que la había acompañado en el transcurso de los siglos.

Es evidente que no se puede considerar racionalmente válido el hecho de que la Luna, por ejemplo, ejerza su influencia sobre las mareas, si por otro lado se niega que sus fases alternas repercuten en el hombre.

La astrología nació cuando el hombre primitivo se encontró por primera vez ante el fenómeno de las mareas, de los eclipses de luna o de sol, de las estaciones y de los equinoccios. Antiguamente, las fechas se computaban según estos acontecimientos. Los sumerios y los babilonios desde el año 3000 a. de C., y los mayas y chinos desde el 1500 a. de C., no basaban el tiempo sólo en el Sol y la Luna, sino que hacían ya previsiones meteorológicas y fundaban sus auspicios en las apariciones de nebulosas, de estrellas nuevas y de cometas.

Estas deducciones se verificaban con verdadero rigor científico y los astrólogos eran considerados no ya como magos, sino como expertos a quienes había que consultar periódicamente para que predijeran las inundaciones, las épocas de sequía o de escasez, etc. Los fenómenos del plenilunio y los eclipses servían a los científicos de la época para predecir victorias o derrotas, periodos de guerra o de paz, desastres naturales o periodos de bienestar. En el transcurso de los primeros siglos, los astrólogos ejercieron siempre una gran influencia sobre los gobernantes o sobre los que llevaban las riendas del poder.

Los dioses eran personificados por la Luna, el Sol y las estrellas, y se les atribuía especiales significados, misiones y poderes determinados. Mas no por ello se cerró la pura investigación científica sobre los astros, sino que se intensificó gracias a unos cuantos escogidos, que transmitían a otros elegidos sus conocimientos para fortalecerlos y constituir una clase privilegiada distinguida.

De este modo, se llegó a crear una casta de sacerdotes astrólogos, que conocían profundamente las reglas del tiempo atmosférico, que eran capaces de hacer predicciones, de establecer la suerte o la desgracia futura y de determinar con anticipación la voluntad de los dioses. Estos instrumentos permitieron la instrumentalización de la voluntad popular y de los soberanos, e hicieron de los sacerdotes una clase poderosa, los verdaderos jueces de la situación.

La contribución de Grecia en el campo de la astrología fue enorme: Alejandro Magno, con la conquista de Caldea, había traído magos y astrólogos de Babilonia a Grecia, donde ya varias corrientes filosóficas se interrogaban sobre la naturaleza del universo: Empédocles, Platón y Aristóteles, entre otros, habían considerado los problemas de la creación y catalogaban la astrología como una ciencia divina.

Los griegos fueron también los primeros en transportar la astrología desde la búsqueda de hechos futuros indeterminados al estudio de los individuos y de las conjunciones astrales. De esta época histórica data el nacimiento del aforismo «nacer con buena estrella».

La ciencia griega llegó a Roma al conquistar esta los territorios próximos a los Balcanes. Tanto en la Roma pagana como posteriormente en la Roma cristiana, los astrólogos fueron considerados como sabios y estudiosos.

Una gran aportación a la ciencia de la astrología la realizó el griego Claudio Tolomeo, que vivió en Alejandría en el siglo II de nuestra era y que escribió dos obras de fundamental importancia, Almagestu y Tetrabiblos, este último empleado hoy en día como texto de astrología.

El horóscopo

El horóscopo es la determinación de la posición de los astros y de los planetas respecto al momento determinado en que se quiere hacer el estudio, en un determinado punto de latitud y longitud de la Tierra.

El horóscopo individual se representa con una esfera, en torno a la cual se mueven los diferentes cuerpos celestes. En función de la posición de estos cuerpos en el momento del nacimiento, pueden variar los influjos sobre la persona. Para determinar la voluntad de las estrellas es importantísimo, por tanto, conocer no sólo la hora del nacimiento, sino también los minutos y los segundos.

La creencia en la astrología pervive aún, y con razón, en el corazón de las personas: sin pretender llegar a explicaciones filosóficas ni a especulaciones de carácter científico, podemos afirmar que, todavía hoy, el ser humano moderno intuye la importancia de los astros, al igual que hicieran sus antepasados.

Podríamos decir que, así como el siglo XIX fue el siglo del progreso, durante el cual se llevaron a cabo incontables conquistas que permitieron al ser humano evolucionar y mejorar, el siglo XX ha sido el siglo de la tecnología, de la aplicación de los descubrimientos e intuiciones del siglo anterior, y el siglo XXI será el siglo de los magos y de los poetas: de los magos, porque, por fin, obtendremos una explicación racional de lo que hasta ahora ha sido considerado sólo como fenómeno; de los poetas, porque en la imperante tecnología de los tiempos futuros sólo la poesía podrá salvar al hombre del siglo XXI de la alienación total. ¿Y la astrología? «Una ciencia, un elixir de vida para la humanidad», como la definía Einstein.

Nuestro afán es que este volumen ayude a los lectores a acercarse a la magia secreta de los astros y que, si bien hasta ahora se han visto motivados únicamente por el deseo de conocer su propio futuro, desde este momento se sientan estimulados también por el deseo de conocer, que es el sentimiento que siempre ha permitido el ser humano sentirse inmortal.

LOS MESES ASTROLÓGICOS

Como consecuencia del adelantamiento de los equinoccios, los espacios (de 30˚ cada uno, pertenecientes a los doce sectores de la Eclíptica) a los cuales se atribuyen los nombres de las doce constelaciones zodiacales no se corresponden con dichas constelaciones. Así, cuando en astrología se habla, por ejemplo, de Virgo, no significa que el planeta en cuestión se halle en la constelación de Virgo, sino que el planeta del que se habla está astrológicamente en el signo de Virgo.

Los signos del Zodiaco se clasifican de la siguiente manera: según su naturaleza pueden ser móviles y fijos; según los cuatro elementos pueden ser de tierra, aire, fuego y agua.

Los signos cardinales son:

Los signos móviles son:

Los signos fijos son:

Según los elementos que los dominan, los signos son de:

Los signos se corresponden con los siguientes periodos del año:

La astrología de la Antigüedad y de la Edad Media tenía en cuenta sólo cinco planetas: Venus, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno. La astrología moderna ha incorporado a estos cinco Urano, Neptuno y Plutón, que con el Sol y la Luna elevan a diez el número de factores de primordial importancia para el horóscopo. A estos elementos les corresponden los siguientes símbolos:

Según la tradición astrológica, los planetas se dividen en masculinos y femeninos, y en favorables y desfavorables.

Los masculinos son: Sol, Marte, Júpiter y Urano; los femeninos, Luna, Venus, Saturno y Neptuno. Entre los favorables están Venus y Júpiter; entre los desfavorables, Marte, Saturno y Urano. Esto no significa que una persona nacida bajo la influencia de Saturno vaya a tener mala suerte en la vida: significa que los nacidos bajo la influencia de planetas favorables conseguirán realizar sus proyectos con la ayuda de la suerte, mientras que los otros conseguirán igualmente realizarlos pero con su trabajo y empeño (aunque, ciertamente, esto les aportará una mayor satisfacción). Los planetas, como los signos del Zodiaco, influyen en nuestra vida según como se presenten y la posición que ocupen.

Sol: en la naturaleza el Sol es generador de vida; ese mismo significado lo encontramos en astrología, donde representa la creatividad, la fuerza, la generosidad, el carácter abierto y la personalidad distinguida. No obstante, cuando influye negativamente, puede empujar a la arrogancia, a un comportamiento sádico y cruel, a la presunción y a la impulsividad, favoreciendo que el individuo se considere el centro del universo.

Luna: domina todos los impulsos naturales, los afectos y la sensibilidad, y ejerce un gran influjo en las personas nacidas bajo su dominio. Provoca deseos de acción, de cambio, de viajes; regula el funcionamiento de los órganos femeninos y preside los nacimientos; de ella dependen la fertilidad y la esterilidad. Vuelve a las personas pasivas, contemplativas, en ocasiones apáticas, nerviosas e irritables, por lo que la expresión «tener lunas» es totalmente adecuada. La Luna ejerce un dominio sobre las mujeres y los niños, sobre las facultades paranormales, el histerismo, la sensualidad y los sentimientos. Puede llevar a la creación de castillos en el aire. Domina el sueño y es inconstante. La Luna, que puede influir en los fenómenos naturales y preside las mareas, es capaz de influir en individuos también de forma pasiva, volviéndolos hipersensibles y muy nerviosos.

Venus: planeta del amor, de la belleza, de la armonía, de la pasión, de la gracia. Venus es la diosa del arte y hace a la gente simpática, sociable, hermosa, caritativa, generosa y amable. Lleva a la dedicación absoluta hacia el objeto amado: a cualquiera que esté bajo su influjo será, sin duda, la pareja perfecta. Las pequeñas fortunas, el talento musical, la pasión por los colores y la alegría son otros dones que otorga Venus.

Sin embargo, cuando se presenta en condiciones astrológicas inadecuadas, Venus se transforma, convirtiéndose en la Venus beschädigte (la lesa Venus), que encontramos también en la psicología moderna: en ese caso puede provocar pasiones desenfrenadas, una excesiva sensualidad, instintos depravados, obstinación, vanidad, desorden. Aunque, en general, Venus es el planeta del gozo y de la serenidad y sólo en casos extremos puede conducir a un desenfrenado deseo de gozar de la vida.

Mercurio: es el planeta del intelecto, de los negocios, del comercio, del espíritu práctico; se ocupa de los altibajos de la suerte de los individuos. Su influjo lleva a quien está sometido a él a disponer de muchas ideas, ser muy trabajador, emprendedor y tener grandes intereses. Desde la Antigüedad ha sido protector de los mercaderes, pero también de los diplomáticos y de las personas aventureras. Son muchos los pensadores, artistas y científicos que han nacido bajo el influjo de Mercurio, porque este planeta favorece el genio. Si influye de manera negativa puede crear estafadores, mentirosos, personas ávidas de dinero a toda costa y seres volubles. Su influjo es muy fuerte y favorece un determinado tipo de audacia y un carácter emprendedor que difícilmente se ven en otros signos.

Marte: hace a los individuos valientes, los llena de iniciativas, los prepara para defender a los débiles, los vuelve generosos y les da arrojo. Este planeta estimula el valor y la energía, favorece los deportes, hace a los batalladores y no concede tregua. Centra las fuerzas animales en el sexo; vuelve a las personas ambiciosas y deseosas de llegar.

Si el influjo es negativo, puede conducir a la ira, a la destrucción, a la venganza ciega, al dominio absoluto de los sentidos por encima del intelecto y a la pasión criminal. No debemos olvidar que un Marte negativo dirige las guerras.

Júpiter: es el planeta de la justicia y de las grandes fortunas. Los nacidos bajo el influjo de Júpiter tendrán una vida fácil, sin dificultades, y estarán dotados de una gran sabiduría, generosidad y sinceridad. Júpiter favorece el poder, la riqueza, el ascenso en la escala social, las fortunas y las herencias imprevistas; sostiene a abogados y eclesiásticos, favorece el pensamiento y las actividades artísticas.

Si su influjo es negativo, la grandeza de ánimo se transformará en arrogancia y presunción, y bajo este influjo encontraremos a hipócritas e individuos infieles de todo tipo: el juego será su pasión y es muy probable que dilapiden el patrimonio familiar.

Saturno: es el planeta de los genios. Los nacidos bajo el signo de Saturno son atormentados, pero su inteligencia es extraordinaria, vivaz, dúctil y está preparada para la reflexión. Saturno hace resistente al dolor y al cansancio; bajo su signo nacen trabajadores infatigables, personas dispuestas a cualquier sacrificio –incluso arriesgando la vida–, a cargar con los problemas de los demás, a sacrificarse por su familia. Es el planeta del sentido del deber pero, a deber cumplido, Saturno vierte benévolamente su influjo sobre quien ha sabido comportarse y lo recompensa a manos llenas. El éxito de los nacidos bajo Saturno llega con la madurez.

Cuando es negativo hace la vida difícil y causa dolor, pesimismo, avaricia e intolerancia; pero los nacidos bajo Saturno sabrán encontrar energías renovadas para superar obstáculos y tener éxito allí donde la mayoría habría abandonado mucho antes.

Urano: es el planeta de los descubridores, de la aventura, de los viajes, del riesgo, del amor espontáneo. Ciencia, técnica e invención se encuentran bajo su influjo. Los nacidos bajo este signo son, en ocasiones, extraños, geniales, muy originales, taciturnos o muy alegres, pero siempre muy personales.

Si Urano se muestra negativo, conduce a la violencia, hace que se cometan acciones irresponsables, lleva a la anarquía y a las desviaciones morales, además de favorecer la delincuencia más peligrosa.

Neptuno: es el planeta del idealismo, del ascetismo y de los impulsos creativos. Favorece las artes y las actividades relacionadas con aquellas, infundiendo pasión por el conocimiento y fuerza de espíritu. Si es positivo, proporcionará grandes ascetas, pensadores, filósofos, genios e incluso santos. Si el influjo es negativo dará vida a grandes mistificadores, mentirosos y abusadores de la ingenuidad ajena. Pasiones e intrigas misteriosas, veneno y magia son las consecuencias negativas de Neptuno.

Plutón: las influencias de este planeta todavía no están muy claras. De cualquier modo, es el planeta que reúne en sí el carácter marcial, y por tanto si es positivo proporcionará grandes genios y unas personalidades originales y excepcionales.

Si se muestra negativo, conducirá a un alto grado de malicia. Grandes extremos entre el bien y el mal, genialidad y tinieblas, luces y sombras han conferido a Urano influjos discordantes, convirtiéndolo en un planeta «del destino», de los acontecimientos extraños y excepcionales, para los cuales es difícil encontrar una explicación racional.

Los eclipses y los cometas

Los eclipses de luna y los cometas siempre han tenido influencia en la vida del ser humano y en acontecimientos diversos; a estos se añaden los eclipses de sol, que tienen la curiosa prerrogativa de aportar influjos maléficos a las monarquías. Eclipses de luna famosos fueron seguidos hace poco por terremotos, desastres, aluviones, revoluciones; además, los eclipses de luna tienen una influencia negativa en las mujeres, en los niños y en las personas con hipersensibilidad. Los eclipses de sol han provocado acontecimientos famosos muy variados, como por ejemplo: el asesinato del rey Humberto I en Sarajevo, y las capturas o muertes de algunos reyes acaecidas poco después de dichos eclipses. En 1946, en Italia se produjo un eclipse de sol el día 30 de mayo: ese mismo día tenía lugar el referéndum institucional tras el cual fue depuesta la casa reinante.

Los cometas, desde aquel que anunciara el nacimiento de Cristo, siempre anticipan acontecimientos excepcionales. Por todo ello, la superstición popular y las creencias ancestrales guardan un profundo y atávico respeto por estos fenómenos, a los que temen.

EL HORÓSCOPO INDIVIDUAL

El tratamiento del horóscopo personal requiere, como se ha dicho, el examen de muchos datos que se pueden obtener con una simple partida de nacimiento.

Es preciso conocer la fecha exacta, la hora, los minutos y el lugar y año de nacimiento. En segundo lugar, se necesitarán los datos familiares para atenerse de la manera más rigurosa posible a la verdad; los genes hereditarios influyen, al igual que influye el lugar de nacimiento.

En el horóscopo personal, hay que tener presente al menos el «carácter tipo» de los ascendentes: si, por ejemplo, el padre es Virgo y la madre Géminis, deberemos considerar los «elementos base» generales de estos tipos zodiacales para obtener un horóscopo veraz del hijo. A una atenta lectura de dichos elementos deberá corresponder después la búsqueda del ascendente.

Para un horóscopo todavía más fiel, la búsqueda del ascendente se efectúa también en los padres y, eventualmente, en los hermanos o en quienes conviven con la persona a examinar, para poder crear un riguroso cuadro ambiental de la familia y encuadrar exactamente al sujeto que se va a tomar en consideración.

Pero, ¿qué es el ascendente? Es el signo astrológico que en el momento del nacimiento y en relación con el lugar de nacimiento se encontraba en levante sobre el horizonte; este signo no queda fijo o no cambia sólo una vez cada 30 días, sino que está en continuo movimiento con el Universo. Por ello, personas nacidas el mismo día, a la misma hora, pero en lugares o en años diferentes, pueden tener caracteres totalmente distintos.

Así, podemos encontrar tipos mixtos Capricornio-Leo, o Capricornio-Libra, muy diferentes del tipo Capricornio.

Hay que señalar otra dificultad al establecer con exactitud el ascendente en el lugar de nacimiento: si el nacimiento ha tenido lugar en el sur, la longitud norte disminuye, y será necesario añadir unos cuantos minutos a la hora de nacimiento.

Ocurre lo contrario si nos encontramos con un nacimiento acaecido en el norte, donde la longitud aumenta y, por consiguiente, habrá que restar unos minutos.

Cómo averiguar el ascendente

Hay dos sistemas, los dos válidos, para la búsqueda del ascendente. el primero tiene en cuenta la hora sideral (véase tabla de las páginas *), a la cual hay que sumar la hora de nacimiento para confrontar el resultado con la tabla para la búsqueda del ascendente.

Si se ha nacido por la tarde (desde las 12 hasta las 24 h), se le resta al resultado 24 horas.

Pongamos el ejemplo de una persona nacida el 15 de junio de 1970 a las 17 h 30 min en Burgos.

Veamos ahora qué le corresponde en la tabla para la búsqueda del ascendente:

Las 9,6 horas se insertan en el intervalo de Escorpio (de las 8,44 horas a las 11,25 horas), con lo cual el ascendente de la persona del ejemplo será Escorpio.

Hay que tener en cuenta que, en España, el 15 de abril de 1918 se introduce por primera vez la llamada hora de verano, con lo cual habrá que tener esto en cuenta para restar una o dos horas respecto a la hora oficial.

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