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i algo nos ha demostrado Kim Jones, director creativo de la división masculina de Dior, es que la moda no tiene por qué, de vanguardia, de líneas puras (como las del ) que, en este caso, también evocan a las raíces de la marca mejor posicionada del mundo. El británico siempre ha sabido asomarse al actual de una manera única, muchas veces (paradójicamente) echando la vista atrás. Rebobinar para reinterpretar, esa es la cuestión. Su último viaje al pasado le ha conducido hasta las salas de los primeros desfiles de alta costura de Christian Dior, en Montaigne 30. Aquel arsenal de sillas de Napoleón III, revestidas de malla de color claro con motivos gráficos se ha convertido en perfecto punto de partida para diseñar una serie de prendas y accesorios que ya se perfilan imprescindibles. Destacan las sobrecamisas de puntilla, los pantalones cortos de seda y una selección de piezas vaqueras superespeciales. La sastrería irrumpe en lo informal a golpe de chaquetas sin mangas plagadas de bolsillos estratégicos, y los colores (azul, blanco y gris) hacen guiños a los pantones favoritos del mismísimo Christian Dior.