El asombroso desarrollo de nuevos ingenios de inteligencia artificial generativa (IA generativa) –especialmente los large language models (grandes modelos lingüísticos o LLM), como Chat-GPT y GPT-4– ha generado entusiasmo entre la mayoría de los educadores, aunque también temor en algunos de ellos.
Los recelosos quizás no atisben el impulso innovador de esta transformación tecnológica, que será positiva en el largo plazo. Incluso, algunos especialistas han alzado su voz cuestionando la potencial deriva incontrolada que estos ingenios pueden provocar en las relaciones interpersonales y la vida social. Uno de ellos es Geoffroy Hinton, un experto en deep learning que recientemente dimitió de su puesto en Google.
Bill Gates, por su parte, es uno de los defensores de esta nueva ola tecnológica. Sostiene que pero no supondrá la supresión del empleo humano, sino su transformación. Hace treinta años, en el primero de sus libros,. Precisamente Microsoft, la empresa creada por él en 1975 y de la que es el mayor accionista, ha adquirido una participación en OpenAI, creadora de los chatbots más populares del momento.