HOY ES DIFÍCIL de imaginar, pero hubo un tiempo en que algunos Bugatti eran considerados poco más que un trasto. Así lo contaba el cineasta Roger Vadim (1928-2000), quien en 1952 se compró un viejo Bugatti que usaba para hacer excursiones por la Costa Azul con una jovencísima Brigitte Bardot. “A veces se negaba a andar y había que empujarlo. De regreso recogíamos ramas secas para la chimenea de nuestro cuarto, y por la noche hacíamos el amor junto a la lumbre”. El coche le costó 70.000 francos y su sueldo mensual en la revista “Paris Match” era de 80.000. La afición por los coches de Vadim se acabó centrando en los Ferrari, pero para Fritz Schlumpf (1906-1992), los Bugatti fueron su gran pasión. Compró el primer coche de la marca en 1928 cuando tenía 22 años y lo conducía los fines de semana y en carreras, como la subida en cuesta al Ballon d'Alsace.
Los hermanos Schlumpf habían nacido en Omegna, cerca de Milán, hijos del comerciante textil Carl Schlumpf y de Jeannne Becker. La familia se estableció en Mulhouse, Alsacia (hoy Francia y entonces parte de Alemania), y debido a su padre tenían nacionalidad suiza. Al principio Fritz trabajó como comerciante de lana y en 1929 su hermano Hans (1904-1989), dos años mayor, se incorporó a la empresa textil. En 1935 los hermanos fundaron la Société Anonyme pour l'Industrie Lainière (SAIL), una sociedad que se dedicaba al comercio de lana.
Tres años después Fritz se casó con Paule Herny, una casquivana dama que había conocido en 1933 en Berlín, y con la que en 1939 tuvo una hija con discapacidad mental. Paule y su suegra vivían juntas en la residencia familiar y no tardaron en saltarniña se quedó en una institución suiza donde recibió cuidados. Cuando acabó la Guerra, los Schlumpf fueron acusados de colaboracionistas pero finalmente se libraron de las posibles represalias. Respecto a su mujer, en 1946 disparó y mató a un amante y fue condenada a ocho años, de modo que Fritz se divorció de ella. Después de la guerra los hermanos compraron varias fábricas e hilanderías en Alsacia, hasta dominar casi por completo la industria textil en el este de Francia.