Somos energía: todo el mundo que nos rodea se mueve gracias a ella. Esta interacción permanente de vibraciones de diferente tipo suele estar equilibrada.
Sin embargo, existen diversos motivos que producen grandes desequilibrios energéticos. Cuando esto sucede en el cuerpo humano, la persona pierde fuerzas, se siente oprimida y cansada, como si le hubieran “chupado” las fuerzas.
Y esto es precisamente lo que sucede cuando alguien ha sido “vampirizado” energéticamente.
Existen personas y entidades sutiles que pueden causar daños graves a quienes atacan. Aprender quiénes son y cómo defenderse es vital para poder preservar la salud física, psíquica y espiritual.