Antes todo era más sencillo y manejable: solo había dos canales de televisión, los teléfonos provenían todos de la compañía Telefónica y el que quería montar un ordenador personal usaba como ‘motor’ un procesador Intel. Sin embargo, todo eso pasó hace ya mucho tiempo: comparativamente, en la actualidad, contamos con una infinidad de canales de televisión (incluyendo también streaming si así lo deseas), es posible elegir entre una amplia variedad de operadores de telefonía móvil y, si quieres montar el ordenador de tus sueños, no tiene por qué ser con las CPU de Intel.
En un principio, AMD atacó con sus procesadores, para asegurarse una cuota de mercado. Entonces llegaron los smartphones y, con ellos, las nuevas CPU que pusieron