CLASSIC Racing School, la primera escuela de conducción de monoplazas históricos del mundo, lleva organizando este tipo de experiencias en Francia desde hace más de 6 años. Ahora ha llegado a España, y hemos sido los primeros en probarlo. La experiencia ha sido sencillamente inolvidable. Desde que me saqué el carné, allá por 2004, he conducido casi absolutamente de todo. Sin embargo, aún no había tenido la oportunidad conducir un monoplaza, y menos nada que fuera parecido a un auténtico Fórmula de los años 60.
Mi cita para vivir esa experiencia es en el circuito de Castellolí, en Barcelona. Allí estoy citado a las 8 de la mañana. Llego un poco antes de la hora prevista y, desde el primer instante, percibo una atmósfera especial y muy exclusiva. Nada más entrar en los boxes me topo de frente con un escuadrón de monoplazas clásicos con un aspecto increíble. Decorados con colores míticos de lo más retro, todos los monoplazas presentan un aspecto formidable. Qué elegancia, qué belleza, y qué simplicidad. Cuánto han cambiado las cosas en medio siglo. Los coches de antes eran máquinas puramente analógicas y muy simples, nada que ver con los