urante las escenas finales de , cuando la guerra ya estaba perdida por parte del Tercer Reich, Oskar Schindler se derrumbaba a los pies de su secretario judío, Ishak Stern, ante quien se disculpaba por no haber salvado a más personas del genocidio nazi. Stern le contestaba que aunque solo hubiera rescatado una sola vida de los campos de exterminio, el empresario teutón habría ayudado, cuando un septuagenario sir Nicholas Winton se ve acosado por los fantasmas de los niños judíos a los que no pudo ayudar, pese a haber sacado del infierno a cientos de pequeños.
Los niños de Winton
Mar 01, 2024
2 minutos
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