POR PARTE DE SU PADRE, Diego desciende de una familia jalisciense que tuvo como antecesor a Tomás Ignacio Villaseñor, quien luchó con el general Anaya en Churubusco. Eran juaristas, liberales, progresistas e interesados por la cultura. De ellos heredó una gran ética de trabajo y el ser crítico de la sociedad y de su medio. De su madre, nacida en Italia, heredó el gusto por la vegetación y la ecología. Gran apasionada del arte bizantino, murió a los 103 años y todavía a los 100 seguía pintando. De ambos heredó la capacidad de observación, el gusto por el arte y la arquitectura; saber reconocer y apreciar las cualidades y las bondades de este país.
Villaseñor afirma que su vertiente italiana le hace ver las cosas desde otro ángulo, lo que le permite tener una perspectiva de lo que es México, “de los muchos Méxicos que existen”.