EN LOS 40 AÑOS QUE LLEVA SOBRE los escenarios y en la pequeña y gran pantalla, Julianne Moore (Fort Liberty, EE. UU., 1960) ha protagonizado películas independientes y éxitos de taquilla, películas de acción y comedias románticas, telenovelas y dramas desgarradores, y la más divina de las comedias, El gran Lebowski. Por el camino, ha ganado montones de premios, entre ellos un BAFTA, varios Globos de Oro, varios Emmy y un Oscar a la Mejor Actriz por interpretar a una enferma de alzhéimer en Siempre Alice(que, al parecer, guarda escondido en el fondo de una estantería).
¿Hay algo más que le gustaría conseguir profesionalmente? «Se me ocurre que nunca he interpretado a ningún tipo de monstruo o criatura, y tengo curiosidad –dice–. ¿Cómo es? ¿Cómo concibes esa identidad? ¿Cómo sabes quiénes son? ¿Los haces humanos? ¿Los conviertes en ‘otros’?».
Algunos podrían pensar lo ha conseguido. Moore interpreta a Gracie, una madre aparentemente convencional y felizmente casada que, según se revela, pasó un tiempo en la cárcel tras tener una aventura con un niño de 13 años, Joe. Dos décadas después, la pareja sigue unida criando a su familia, pero su frágil equilibrio se ve alterado por la llegada de Elizabeth (Natalie Portman), una actriz que investiga a Gracie para un «Empecé a indagar en el papel, tratando de entenderlo, pero me dije: ‘¡Dios mío, es tan difícil!’. Gracie es una persona realmente torturada. Es un tema oscuro –admite Moore–. Lo que me pareció interesante fue la distancia entre la historia que ella proyecta, de esta gran historia de amor y la elección que se vio obligada a hacer por amor, y lo que ocurrió en realidad. La diferencia es tan vasta que subyace una enorme tensión y volatilidad emocional».