EL DOMINIO de Max Verstappen en la F1 tiene varios responsables, y uno de ellos es Cristian Horner, director de Red Bull Racing. Antes de ser jefe de equipo el británico quiso ser piloto de Fórmula 1, pero hubo un suceso que le hizo cambiar de idea, y hace poco lo explicó en Business Leader: “Al principio de la temporada de 1998 (Fórmula 3000) estábamos entrenando en Estoril. Había una curva muy rápida a derecha, de sexta marcha, y un piloto llamado Juan Pablo Montoya me adelantó allí. El ángulo en que pasó su coche, su convicción, supe que era algo que yo simplemente no sería capaz de hacer. Reconocí que yo no sería capaz de asumir ese riesgo”. Entonces Horner decidió enfocarse en la dirección de equipos y ha logrado un éxito sin precedentes.
Aquel tipo que pasó quitándole las pegatinas a Horner no sabía lo que era el miedo, y había nacid o en Bogotá en 1975. En 1998 Montoya se proclamó campeón de la F3000 e hizo cosas de superclase, como el adelantamiento a Jamie Davies en Mónaco en pleno sobreviraje. El australiano Craig Lowndes, su compañero en el equipo RSM Marko de F3000 en la temporada 97, dice que Juan Pablo era agresivo y arrogante, y reconoce que llegó a afectarle mentalmente. Parece que ese “instinto asesino” que ahora está tan de moda, a Montoya le sobraba, y no es extraño por tanto que fuera fichado por Williams como piloto probador. En la temporada 99 el