A Michael Anastassiades (Chipre, 1968) no le hace falta abrir la boca para expresarse: le bastan su elocuente mirada y una obra tan profunda y lúcida como ella. Ahora, cuando habla, es un auténtico placer escucharle. La larguísima entrevista condensada en estas páginas se realizó en dos partes –a lo largo de una memorable mañana de paseo y visitas por Madrid y en una conversación telemática posterior–, ambas con idéntica intención: no sólo prestar atención a sus palabras sino, en la medida de lo posible, procurar entrar en su mente.
Durante años lootra, redefinir mi visión del diseño industrial y aprender su lenguaje de forma totalmente libre. Dos años de estudios de la materia no me habían señalado una dirección concreta, así que durante mucho tiempo entendí el diseño como investigación e me decanté por una creatividad experimental, piezas interactivas ideadas para plantear preguntas. Y, después de tantos años, mi visión sigue siendo la misma: más que contestar preguntas, mi práctica trata de abrir cuestiones y reflexionar entorno a ellas.