«El taekwondo es mi vida, el motivo de mi felicidad, por lo que me levanto y me acuesto cada día». Sin medio titubeo y con una rotundidad envidiable, este es el titular que lanza Adriana Cerezo (Alcalá de Henares, 2003). La deportista, ganadora de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio en la categoría de -49 kg, es un ejemplo claro de que cualquier sueño se puede hacer realidad, «si pones todo de tu parte para conseguirlo», aclara. Y ella lo lleva haciendo desde que puso un pie por primera vez en un tatami a los cuatro años. Sólo hace falta observar el brillo de sus ojos al recordar cómo empezó a ver películas de Jackie Chan y Bruce Lee con su abuelo Jose, cuando levantaba pocos palmos del suelo, y cómo le atrapó el universo de las artes marciales desde el principio. Hasta flamenco... y nada me gustaba. Me ponía a llorar y tenían que venir a recogerme. Mi abuelo se cansó, porque era el que me llevaba muchas veces, y me apuntó al gimnasio que había debajo de casa, y dio la casualidad de que era de taekwondo. Desde que entré, ya no quise salir», cuenta con una sonrisa enorme en la cara. El amor, la pasión y devoción que siente hacia su deporte te contagian. Y, sin duda, son la razón principal de su éxito, junto a la convicción de que está donde quiere estar. Hace años que su carrera rebosa victorias y premios, los últimos: el oro en los Juegos Europeos de Cracovia (Polonia) y el bronce en el Mundial de Taekwondo de Bakú (Azerbaiyán), ambos en 2023. Pero hay uno que tiene claro que quiere conseguir: la medalla de oro en los JJ OO de París 2024.
LUCHAR POR UN SUEÑO ADRIANA CEREZO
Jan 18, 2024
5 minutos
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