«No es propio de caballeros tener profesión». Eso contesta el conde Aleksandr Ilich Rostov, ahijado de un consejero del zar, cuando le preguntan, en el juicio al que le someten los bolcheviques, en qué trabaja. Esa frase resume el espíritu de Amor Towles. «Era imposible molestar, interrumpir o fastidiar al conde Aleksandr Rostov cuando tenía 22 años. Porque cualquier aparición, comentario o suceso inesperado siempre era recibido como un espectáculo de fuegos artificiales en un cielo de verano: como algo ante lo que sólo cabía maravillarse y aplaudir».
La alegría
Dec 21, 2023
1 minuto
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