Lo afirma Marta Blázquez, presidenta de Faconauto, la federación de asociaciones de concesionarios de la automoción y una de las grandes mentes optimistas en un sólido futuro verde al volante y de la presencia de, descarbonizados, porque “comprarse un coche eléctrico es el primer paso de concienciación, el objetivo tiene que ser dejar el país a cero en huella de carbono”. Algo que no sólo pasa por aumentar las ventas de coches eléctricos –más de 700.000 unidades en 2022–, sino sacar de la circulación a todos esos vehículos de más de 20 años de antigüedad que perjudican la salud del planeta. Para ello, esta directiva lo tiene claro, las ayudas tienen que ser una realidad tangible en el momento de la inversión “y no tardar casi dos años en hacerse efectivas, algo que deja de ser un incentivo para el consumidor y le impide dar el paso en pro del medioambiente”. Pone como ejemplo Noruega, donde parece se está haciendo bien: “Allí hay una rebaja del 24% de IVA en el momento de compra, eso ya es una razón de peso, casi definitiva, para animarse a cambiar de coche y a apostar por los eléctricos”. Sin dudarlo, Blázquez le pide al nuevo gobierno que “el 2024 sí o sí, en España, sea el año del impulso a la electrificación si queremos conseguir los objetivos (Agenda 2030), porque estamos a la cola de Europa”. Sin embargo, no estamos a la cola en paridad, al menos en este sector. Por experiencia, asegura “haber más color y menos olor a colonia masculina en las salas de reuniones”. Un gran paso que crece y crece.
