entre Coco Chanel y Hugh Richard Arthur Grosvener, II duque de Westmisnter, no consiguió tambalear los cimientos de aquella sociedad puritana de puertas para fuera –libertina en la intimidad de las paredes–, pero sí logró llegar a su máxima expresióny en la suavidad de sus mantos verdes encontró ella la inspiración para crear un tejido que ofreciera todo lo que ese rincón de Escocia le daba: cobijo y distinción. Un resultado que bautizó con el nombre Tweed, al igual que el río que bañó ese entorno y su amor aristócrata.
