Tras separarse, la propietaria de esta vivienda unifamiliar ubicada en el municipio madrileño de Arroyomolinos lo tuvo claro. “Quiero que, cuando entre en mi casa, no se parezca a cómo era antes”, fueron las palabras exactas Alberto Torres. “A excepción de los baños, la reforma no ha requerido ningún tipo de obra, porque los espacios ya estaban bien distribuidos. Enfrentarse a un proyecto así puede parecer sencillo, pero, en realidad, es mucho más complejo de lo que se tiende a creer, porque hay que cambiar la estética y las sensaciones que transmite jugando sólo con los colores y las texturas”, cuenta Alberto.
