AUNQUE CUANDO SE LANZÓ LA PRIMERA versión de Porsche Cayenne en el año 2002, yo era todavía una niña, tengo el recuerdo lo que supuso aquello para la industria del automóvil, y no porque supiera nada de ese tema en aquel momento, sino porque ya era una auténtica “porschista”, y no me entraba en la cabeza que fuese a haber un Porsche tan grande. Con el tiempo y los años, analizas un poco aquello y piensas… Si en mi mente de niña de 13 años esto era algo loco del todo, imagina lo que supondría para el cliente Porsche de toda la vida, amante de los superdeportivos, bajitos, anchos; encontrarse de pronto con que su marca va a hacer todoterrenos. Un auténtico caos. Pero lo que yo no sabía, ni tampoco sabían ellos, es que además de salvar a Porsche de su desaparición, el Cayenne se iba a convertir en un icono del estilo de vida, de otro tipo de conducción Porsche, y en un objeto de deseo para completar tu garaje cuando no te cabe toda la familia en el Carrera 4S de tus sueños.
Bajo las estrellas del Sáhara
Dec 06, 2023
6 minutos
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