Roma, con más de 2500 años de historia a sus espaldas, emerge ante nosotros como una urbe donde el pasado y el presente convergen en un eterno abrazo. Pasear por sus calles es como desentrañar las páginas de un antiguo manuscrito, donde cada paso nos lleva más profundo en la crónica de lo que alguna vez fue el imperio más poderoso del mundo. Aquí, en esta ciudad eterna, el catolicismo forjó su bastión más importante, una piedra angular en el edificio religioso global.
El legado de Roma se encuentra inmortalizado en sus ruinas, iglesias, palacios y museos, que se alinean como capítulos de una historia que se niega a ser olvidada. A medida que exploramos sus callejones empedrados, las huellas del pasado se manifiestan ante nosotros, recordándonos la grandeza que alguna vez fue.
Para aquellos que llegan por vía aérea, el aeropuerto de Ciampino ofrece un portal hacia esta epopeya histórica. El viaje al corazón de la ciudad se puede realizar a través de tren o autobús. Optar por el autobús promete velocidad, con salidas cada 30 minutos desde las 04:30 am hasta las 21:30. Asimismo, el aeropuerto de Fiumicino ofrece conexiones hacia la estación Termini, el epicentro de Roma.
Roma, sin embargo, es conocida por ser un destino costoso, especialmente en su área turística. Aquellos que buscan la autenticidad de la cocina italiana deben aventurarse fuera de las trampas para turistas, donde la calidad y el precio se equilibran en un ballet culinario que honra la tradición. Una curiosa transformación se ha gestado en los últimos años: los restaurantes tradicionales italianos están siendo adquiridos por emprendedores chinos. No se trata de restaurantes chinos, sino de auténticas pizzerías y trattorias, donde platos icónicos como los espaguetis y la pizza son preparados por manos chinas.
Es crucial prestar atención y evitar los lugares donde chefs chinos reemplazan la esencia de la cocina italiana, un tesoro de la cultura que Roma representa.
Comprar una simple botella de agua en las zonas turísticas puede resultar una experiencia costosa. La solución reside en buscar supermercados, que seguramente se