LA HISTORIA DEL EGIPTO FARAÓNI- CO, QUE ABARCA DESDE EL 3050 A.C., APROXIMADAMENTE, HASTA EL 332 A.C. –CON LA CONQUISTA DE ALEJANDRO MAGNO– SE DIVI-DE EN TREINTA DINASTÍAS. Esta división, aceptada por los egiptólogos desde el siglo XIX, deriva de la Crónica egipcia (Aigyptíaka), escrita en griego por el sacerdote Manetón, que vivió en los inicios del Egipto ptolemaico en el siglo III a.C, y que nos ha llegado fragmentariamente a través de cronistas posteriores. Las dinastías egipcias (del griego, “poder de gobierno”), tal y como las presenta Manetón, no están constituidas por familias reales (como hoy entendemos la dinastía de los Austria o de los Borbón), sino por listas de monarcas con un origen común (no necesariamente consanguíneo), que se interrumpían cuando existía algún tipo de discontinuidad genealógica o de crisis sucesoria.
LOS FARAONES QUE SE CONVIRTIERON EN DIOSES
Pero la Crónica egipcia de Manetón no es la única fuente que permite reconstruir el listado de faraones que reinaron en el Antiguo Egipto. Otras fuentes epigráficas, más antiguas en el