arece que la primera queja registrada por falta de libertad de expresión en el arte en nuestro país fue la que interpuso Francisco de Goya en 1781 contra las autoridades eclesiásticas del Pilar de Zaragoza por rechazar sus bocetos para la cúpula de la basílica. ¿La razón? La crítica delde Andy Warhol o una colección de dibujos hechos por los presos de Guantánamo que fueron ‘despistados’ por una trabajadora de la prisión . Todas estas obras tienen dos cosas en común: que han sido censuradas por motivos políticos, sociales, religiosos o económicos y que pertenecen a un mismo coleccionista, el periodista y empresario Tatxo Benet (Lleida, 1957). Charlamos con él sobre este proyecto, en el que lleva trabajando cuatro años.
