CINEFILIA # ¡QUÉ PELÍCULA LA DE AQUEL RODAJE!
Me cuesta creer que hayan pasado ya 16 años de aquel rodaje, pero era la primera vez que hacía cine y para mí fue como ponerme de largo. Tenía algo de miedo, pero a la vez jugaba en casa porque el y más de la mitad del equipo de la película venía de la serie. Además, Javier Cámara y yo éramos como hermanos. Cuando estábamos en nos pasábamos la vida poniéndonos pelucas y haciendo el tonto para calentar al público. Luego él se fue de la serie antes que yo yfue nuestro reencuentro. En la tele la que nos hinchaba a collejas detrás de las cámaras era Amparo Baró, pero a Javi le pegué por primera vez en la peli. Los personajes, un grupo de amigos que se reencuentran después de muchos años para el entierro de un amigo que ha muerto de sobredosis, se pasan la película bebiendo alcohol, que es algo muy asturiano (de hecho, es la tierra de Tom), pero lo gracioso es que tanto Javier Cámara como José Luis Alcobendas son prácticamente abstemios. Yo soy un señor de Madrid y sí que bebo lo mío, pero la sidra no entraba en el rodaje. Lo que sí hicimos fue comer de lo lindo. Nada que ver con la racanería de los caterings de hoy. Ahora quieren que todo sea exprés, pero en aquella época era Viva la Pepa y se comía de verdad y con sobremesa. No me puedo olvidar de los potes, las fabadas y el arroz con leche de aquel rodaje. Es imposible rodar con Tom Fernández y no engordar. Aquel fue un año de maravilla porque tenía la sensación de que lo tenía todo por delante. Lo que sé de cine lo he ido aprendiendo desde entonces. Nos llevamos tres nominaciones a los Goya –para Emilio Gutiérrez Caba, para Tom y para mí– y aunque no ganamos fue una alegría tanto saber que la película había gustado y emocionado como reencontrarse en la gala de guapos. Esta es una carrera con muchos altibajos y después he estado en las trincheras y en el frente, pero echo mucho de menos aquella época y a los amigos, con toda aquella ilusión de lo que está por venir.
