abía una vez una mujer cuya visión audaz revolucionó los gestos, las rutinas y los tratamientos de belleza. En cada una de sus creaciones, Gabrielle Chanel combinaba la elegancia de Chanel en un signo distintivo único. La diseñadora sigue siendo una inspiración para las creaciones más radicales y rompedoras, una mujer que se atrevió a desafiar las convenciones abriendo su propio camino hacia un lujo auténtico y puro. Ahora llega , un objeto excepcional que sigue la estela de su fundadora. Tiene la elegancia de una joya, un diseño de técnica impecable, los resultados de una fórmula pensada para cumplir todos los deseos y la determinación de una paleta de colores únicos inspirados en la historia de la . Su estuche resulta paradójico, ya que su transparencia contrasta con un diseño muy definido, impactante, símbolo de su fuerza y su carácter intemporal. Su nombre, a modo de dirección (en el 31 Rue Cambon, Gabrielle Chanel abrió su tienda de sombreros en el año 1910), refuerza su singularidad, convirtiéndose en el emblema de una creatividad poco convencional, muy alejada de las tendencias y de lo efímero. La primera barra de labios en vidrio (fueron necesarios cuatro años de trabajo para transformar la aparente fragilidad del estuche en un objeto lleno de fuerza) está disponible en 12 tonos y contiene el aceite infusionado de gardenia, la base para conseguir un efecto de alisado instantáneo que se va prolongando con las sucesivas aplicaciones. También cuenta con aceite de maracuyá, que estimula la síntesis de ácido hialurónico, del colágeno y de la elastina, componentes fundamentales de la arquitectura de la piel.
