El pasado 2 de mayo, los 11.500 guionistas, aproximadamente, que forman parte del Writers Guild of America (WGA), el Sindicato de Guionistas de Hollywood, iniciaron una huelga cuyas consecuencias futuras aún son difíciles de adivinar.
Esta huelga es la interrupción más larga de la producción de cine y televisión estadounidense desde la pandemia de covid-19, pero si sigue en pie el día 3 de octubre (lo que desconocemos aún al cierre de la edición de esta revista) se convertirá también en la más larga de la historia de esta asociación sindical, superior a los 154 días de huelga que se contabilizaron entre el 7 de marzo y el 7 de agosto de 1988. Si tenemos en cuenta, además, que el 14 de julio se sumaron a la huelga los 160.000 profesionales pertenecientes a la Screen Actors Guild–American Federation of Television and Radio Artists (SAG-AFTRA), la Federación Americana de Artistas de Radio y Televisión, estamos ante una “tormenta perfecta”: un descalabro económico para la economía